Los bonistas dicen que es un bombazo nuclear contra el canje

2 de marzo de 2010, 02:00 AM
Washington.- La primera reacción local ante los anuncios de la presidenta sobre el nuevo intento de usar las reservas para pagar a los tenedores de bonos en defaul fue de desconcierto.
Sobre todo para quienes creyeron ver en el camino elegido una repetición bastante parecida de la fórmula que, hace ocho semanas, abrió la puerta a los embargos del juez Thomas Griesa.
"No se entiende. Es la propia presidenta la que envía un bombazo nuclear contra el pretendido canje", dijo Mark Botsford, quien representa a inversores individuales.
"Este anuncio es increíble. Es el propio gobierno el que da argumentos a quienes están litigando en los tribunales internacionales para que se les pague el dinero que la Argentina les debe", añadió, en diálogo con La Nación.
Bajo tales conceptos estaba la idea de que el nuevo recurso presidencial fortalecía la figura del "alter ego", que fue la que, en enero último, usó el juez Griesa para sus embargos contra la Argentina. La idea era que el Banco Central no era independiente del gobierno.
En sentido similar se pronunció Robert Shapiro, presidente de la Task Force Argentina, una de las entidades que, desde hace años, reclama el pago total del dinero adeudado a los tenedores de bonos.
"No hay mucha diferencia entre esto y lo anterior. En el fondo, lo que hace la presidenta es demostrar que pretende usar las reservas como mejor le convenga a sus intereses, sin importarle lo que digan las demás instituciones", dijo Shapiro, en diálogo con La Nación.
"Más allá de eso, dudo de que este nuevo intento por hacer su voluntad llegue a buen puerto. El Congreso y la Justicia se están haciendo oír. En lo interno, la impresión es que el gobierno pretende hacer que se está moviendo para pagar la deuda. Pero, en realidad, los caminos que elige no son los correctos. Entonces? ¿cuál es su intención?", se preguntó.
"Lo que aquí está pendiente es una negociación de buena fe con todos los acreedores de la Argentina. Y no sólo con un grupo de fondos buitre, como pretende hacer el gobierno", concluyó Shapiro, vocero de una de las entidades que más reclama el pago de la deuda.
Pero, en el amplio panorama de tenedores de bonos, no había duda de que muchos mostrarían interés en seguir adelante con el canje. Las apuestas siguen siendo para los fondos Gramrecy, Aberdeen y Fidelity, entre otros.
"Para todo aquel que compró bonos por la cuarta parte de su valor, venderlos a un 40 o cincuenta por ciento? es un gran negocio", insistió Shapiro. "Pero no es eso lo que abre al país la puerta al mercado de capitales", sentenció.
En forma paralela, se conoció ayer un nuevo pedido a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para que presione al gobierno argentino al pago de la deuda "a todos" sus acreedores y "no sólo a un grupo elegido".
La nota está firmada por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, y fue firmada por el diputado Russ Carnahan, demócrata por Misssouri.
En sentido contrario, la buena noticia que tuvo ayer la Argentina fue que ya no figura como país con problemas de lavado de dinero para la evaluación que todos los años realiza el Departamento de Estado, al que había llegado por la controvertida ley de "blanqueo" fiscal, promovida por el gobierno.
Ayer, al publicarse la nueva edición del informe sobre Narcotráfico y lavado de dinero, la Argentina había desaparecido del listado de países en la mira.
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