Revista Fortuna
Negocios y Economía
Año III Nº 2 | Edición 334 del 23 de Ocutbre de 2009
ECONOMÍA | La salida definitiva del default
El Canje II en la cuenta regresiva
La apuesta del Gobierno a lograr un volumen mínimo de u$s 10.000 millones en la operación. La reacción de los bonistas al anuncio de Boudou y el apuro oficial por evitar que la cercanía de 2011 eche por tierra el plan.
POR MATÍAS FUENTES

En el otro extremo del cuadrilatero, los holdouts también le siguen el pulso político a la disputa y son los que más foco ponen 2011, y lo que un nuevo gobierno podría depararles.
El canje entra así, con gran conciencia de ambos lados, en cuenta regresiva. Cuanto más demore el Gobierno en saldar las deudas pendientes, más difícil le resultará ya que la posibilidad de negociar con nuevos interlocutores puede resultarle tentador a cualquier acreedor que ya esperó más de ocho años para recibir su pago.
“Podemos esperar a un nuevo gobierno que sea más afín al mercado y más amigable con los inversores”, dice Mark Botsford, un bonista que invirtió en deuda argentina por medio millón de dólares y voz cantante de muchos de los “late comers” que le dijeron no a la primera oferta. “Si la instrumentación es similar a la de la primera instancia, no creo que la aceptación pueda superar el 30%-35% de los bonistas”.
Desde el Gobierno, en cambio, confían en que la nueva oferta logrará atraer a cerca del 60% de los acreedores, lo que equivale a unos u$s 18.000 millones sobre el total del u$s 29.000 millones que componen la deuda. “Esa sería una muy buena marca”, confirmó Boudou al anunciar el envió al Congreso de un proyecto para suspender la denominada ley “Cerrojo”, que puso fin al canje de 2005 y cerró las puertas a nuevas propuestas para los bonistas. Entonces, la aceptación había sido del 76%. Tal como publicó FORTUNA hace dos semana, los bancos colocadores de la operación ya le habrían asegurado al Gobierno que tendrían garantizado un preacuerdo por u$s 8,000 millones. En septiembre del año pasado, Barclays, Deutsche y el Citibank le habrían acercado a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner una propuesta de renegociación que implicaría la aceptación del 20% de los tenedores de bonos.
Si bien Economía aún no difundió mayores precisiones sobre las condiciones que se ofrecerán a los bonistas, el ministro aclaró que esta instancia será “más beneficiosa” para el país, por lo que se estima que la quita será superior al 65% que se ofreció a los acreedores en 2005.
Pero para el Gobierno no será fácil sentarse nuevamente en la mesa de negociaciones. En la retina de los holdouts, y principalmente de los pequeños ahorristas, quedo impregnada la agresividad que mostró el Gobierno en el primer canje. “En ese momento se nos presentó una oferta unilateral. El Gobierno nunca estuvo dispuesto a negociar”, explica Botsford. El acreedor no aclará cuáles serían las condiciones que están dispuestos a aceptar. En cambio, piden al Gobierno que entable una negociación “de buena fe”. “Ahí podemos empezar a hablar de las quitas y las condiciones. Pero primero tienen que respetarnos como inversores que apostamos por el país y no como basuras”, dispara Botsford.
Según el bonista, la mayoría de los acreedores del país están dispuestos a negociar . “Si el Gobierno argentino demuestra su voluntad y capacidad de pago nosotros vamos a sentarnos a dialogar y a establecer las condiciones en forma acordada entre las dos partes”, agrega. Sin embargo, marca la ya histórica diferencia con los denominados fondos buitre. “Ellos van a esperar hasta último momento”, dice Botsford.
La mayoría de los especialistas coincide en que este nuevo canje no debería tener un punto de cierre como el anterior. Sin embargo, Boudou aclaró que el proyecto de ley que enviarán al Congreso no establece la abolición de la norma sino una suspención temporal. Botsford sabe que ese instrumento fue una de las razones que llevó a muchos a aceptar la primera oferta del Gobierno nacional. Sin embargo considera que fue uno de los principales motivos que llevo al país al aislamiento financiero y asegura que por más que esa legislación se suspenda, “eso no quiere decir que vamos a aceptar”.
El inversor insiste en que el nivel de adhesión será “muy por debajo” de lo esperado y afirma que el Gobierno se verá obligado a abrir un nuevo canje en el primer semestre del año que viene “pero mejorando las condiciones”.
Esperar y ver. Esa sería la estrategia de los bonistas frente a un Estado necesitado de capitales y de abrir sus fronteras nuevamente al mercado financiero internacional.
Según el bonista, la mayoría de los acreedores del país están dispuestos a negociar . “Si el Gobierno argentino demuestra su voluntad y capacidad de pago nosotros vamos a sentarnos a dialogar y a establecer las condiciones en forma acordada entre las dos partes”, agrega. Sin embargo, marca la ya histórica diferencia con los denominados fondos buitre. “Ellos van a esperar hasta último momento”, dice Botsford.
La mayoría de los especialistas coincide en que este nuevo canje no debería tener un punto de cierre como el anterior. Sin embargo, Boudou aclaró que el proyecto de ley que enviarán al Congreso no establece la abolición de la norma sino una suspención temporal. Botsford sabe que ese instrumento fue una de las razones que llevó a muchos a aceptar la primera oferta del Gobierno nacional. Sin embargo considera que fue uno de los principales motivos que llevo al país al aislamiento financiero y asegura que por más que esa legislación se suspenda, “eso no quiere decir que vamos a aceptar”.
El inversor insiste en que el nivel de adhesión será “muy por debajo” de lo esperado y afirma que el Gobierno se verá obligado a abrir un nuevo canje en el primer semestre del año que viene “pero mejorando las condiciones”.
Esperar y ver. Esa sería la estrategia de los bonistas frente a un Estado necesitado de capitales y de abrir sus fronteras nuevamente al mercado financiero internacional.
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